lunes, 14 de marzo de 2011

La crisis de Deuda Pública

La crisis de la Deuda Pública tiene su origen en la libre circulación de crédito. En época de aumento económico los precios de los mercados financieros se incrementan, y este hecho ocasiona un aumento de las valoraciones y los ingresos de los gobiernos. Con este hecho, los gobiernos empiezan a ampliar sus servicios y mejorar infraestructuras, y se confían por la mejoría de sus ingresos, por lo que también tienden a endeudarse más.

Al mismo tiempo, este aumento de los precios anima a más inversores y ocasiona un aumento de la oferta de fondos de inversión, la cual, a su vez, produce un aumento de la demanda de deuda pública.

Los países emergentes empezaron a aumentar su deuda pública aprovechándose de la riqueza de los mercados financieros de los países desarrollados.

Por ejemplo, a mediados del año 2009, Italia, Turquía y Brasil se habían cubierto con más contratos CDS que los bancos JP Morgan Chase y Bank of America; y entre Goldman Sachs, Morgan Stanley, Deutsche Telekom AG, France Telecom y Wells Fargo Bank tenián más cobertura de derivados crediticios que las Filipinas.
El problema es que si estos países con deuda pública “fallan” en el pago de su deuda, los bancos mencionados irán a la bancarrota.

Echándole un vistazo al ranking de países con mayor deuda pública en relación a su PIB (datos extraídos de The World Factbook), vemos que en sólo un año, la deuda pública (calculada como porcentaje respecto del PIB del país) de algunos países se ha incrementado hasta límites de más del 100% respecto al año anterior.En el caso de Irlanda, por ejemplo, la Deuda Pública aumento un 342% en 2010 respecto al año anterior, o en España, creció un 78%.

Las consecuencias son obvias. Una crisis de Deuda Pública causaría problemas no solamente a los países que la han ocasionado sino también a todos sus partners económicos y financieros, a través de sus inversores y prestamistas, como son los bancos, compañías y organizaciones así como gobiernos, los cuales no recibirían su dinero devuelta, al no poder pagarles los países cuya deuda compraron, lo cual supondría pérdidas e incluso la quiebra de estas instituciones y la ruina de sus respectivos acreedores (depositantes, ahorradores, asegurados). Entonces, estos depositantes o ahorradores, por temor a perder su dinero, empezarán a reclamar el dinero al banco, empezará a haber una huida de la moneda y una tendencia a la depreciación.

Vemos pues que tanto la estabilidad como gran parte de los beneficios de las instituciones financieras dependen de la Deuda Pública.

En el caso de los países PIIGS (Portugal, Italia, Irlanda, Grecia, España), las entidades financieras alemanas son las que poseen gran parte de su Deuda Pública. Teniendo en cuenta que en Europa, muchos de sus países comparten la misma moneda, el gran déficit público que presentan estos países puede ocasionar la quiebra de su sistema financiero y la desestabilización y depreciación de la moneda, con lo cual hay que llevan especial cuidado en que no se vean afectados países, como Alemania, con apenas Deuda Pública y un sistema financiero bastante sólido.

¿Qué ocurrió en nuestro país? En el momento en que los intereses de los créditos e hipotecas estaba bastante bajo, los bancos y cajas empezaron a invertir en Bonos del Tesoro (con hasta el 4% y el 5% de rentabilidad) para compensar los menores ingresos por la caída de los tipos de interés. Pero la Deuda Pública se ha depreciado, y este hecho disminuye el capital de las entidades financieras y produce una depreciación de su cartera, llegando incluso a tener un déficit de capital si los mercados financieros no vuelven al estado de calma.

En el caso de España, ésta es demasiado grande, tanto para caer como para ser rescatada, pues su PIB el doble que el de Portugal, Irlanda y Grecia untos. Si España cae, esto supondría un efecto dominó en la zona económica europea.
El FMI así como el BCE, por un intento de frenar esto, proponen una reforma del mercado laboral y del sector servicios, como podría ser la reducción de las indemnizaciones por despido, y la eliminación de la vinculación entre salarios e inflación.

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